ESTE TRASTORNO DE LA COMUNICACIÓN, MUY COMÚN DURANTE LA INFANCIA, DEBE SER TRATADO A TIEMPO PARA QUE NO SE VUELVA CRÓNICO
Si bien la tartamudez es un problema de comunicación que —en su forma crónica— afecta a tan solo el 1% de la población mundial, este es un desorden bastante frecuente durante la infancia, que si se trata a tiempo tiene un gran potencial de cura.
Se estima que el 5% de los niños atraviesa por un período de tartamudeo de seis o más meses de duración; tres de cada cuatro de ellos recuperan la fluidez antes de la adolescencia y en un 2% este trastorno del habla se vuelve crónico.
PRIMEROS SÍNTOMAS
Mónica Paredes, especialista en disturbios de la comunicación humana de CPAL (Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje), señala: “Por lo general, cuando uno es pequeño, se recupera de la tartamudez espontáneamente, pero en los casos en que esto no ocurre, la tendencia es que la patología se desarrolle hasta un estado crónico”. Por ello, Paredes advierte: “Para que haya una intervención precoz plenamente efectiva es importante que el diagnóstico y el tratamiento se lleven a cabo entre los seis y ocho meses después de la aparición de los primeros síntomas”.
DIFERENCIAS NOTABLES
La tartamudez se inicia normalmente entre los 3 y 4 años y puede durar toda la vida. Se caracteriza por una ruptura en la producción de los sonidos del habla conocida como disfluencia, que se manifiesta con repeticiones, alargamientos y bloqueos de sonidos o sílabas.
Preste atención a las diferencias. Por ejemplo, cuando el niño desea decir una palabra, ejecuta el movimiento y no la produce, esto se conoce como bloqueo, es decir se atraca para hablar. Mientras que los que repiten las sílabas —te te te tengo, qui qui quiero— tienen disfluencias tartamudeadas y deben llamar la atención de los padres o maestros.
Señales de alerta
* Repeticiones de la primera letra o sílaba de la palabra.
* Alargamiento de sonidos como mmmm… mamá.
* En niños mayores de 7 años, cualquier repetición múltiple en el primer sonido o sílaba.
* Tensión física en la cara, cuello, tórax, que el niño realiza para que las palabras salgan.
Qué debo hacer
* Trate de hablarle al niño pausadamente.
* Elimine situaciones en las que él necesite responder rápido a una pregunta.
* Evite juegos de “quién responde primero” y la lectura en voz alta.
* Permita que se tome el tiempo necesario para expresarse.
* Evite comentarios como “relájate”, “respira”, o “piensa antes lo que quieres decir”.
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