Británica tenía 18 años. Falleció a causa de un extraño mal al corazón
Jemma Benjamin, de 18 años, tuvo la mejor y la peor de las suertes. Así, de un momento a otro, en un acto seguido que terminó en un fatídico fin.
Ella y Daniel Ross, de 22 años, se conocían desde hace solo tres meses y se preparaban para ir a un bar en Pontypridd, Gales del Sur, a comer algo. Ese día la atracción pudo más. “Volví a mi casa a por una tarjeta de crédito que se me había olvidado. Estábamos hablando y terminamos besándonos”.
Lo que no pudieron prever fue el desenlace de ese momento de pasión. Según contó el joven al diario británico “The Telegraph” -declaraciones citadas por 20minutos.es- los párpados de la chica “de repente empezaron a caer” y empezó a salir espuma de su boca.
Él creyó que era un ataque de epilepsia y llamó a la madre de Benjamin. Intentó en vano reanimarla. Luego llegaron los paramédicos. Pero todo fue en vano.
La joven, según la investigación, murió a causa de un mal poco común al corazón llamado “SADS”, que provoca el fallecimiento de 500 personas en Gran Bretaña cada año.
Ross aseguró que era la primera vez que se besaban y que nunca habían mantenido relaciones sexuales. La madre de Jemma, Charlotte Garwood, no tenía conocimiento del problema de su hija, y apenas atinó a decir que no lo entendía, y que la chica era deportista: jugaba hockey y hacía natación.
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