La polémica decisión de las autoridades oceánicas se dio porque Jamie ha sido educado como una niña y desde hace años vive como tal vistiéndose con ropa de niñas, usando el cuarto baño para mujeres y “teniendo un aspecto muy simpático de una jovencita con pelo rubio”, según declaró el juez.
Los jueces han aceptado la opinión de los médicos y psicólogos que aludieron a las tendencias suicidas del niño, que se considera una chica atrapada en un cuerpo masculino. Para limitar los riesgos, el tratamiento será muy gradual, con la posibilidad de dar marcha atrás en una primera fase si el paciente cambia de idea.
La madre de Jamie, que va a ser el niño más joven en Australia que se somete a un proceso de cambio de sexo, declaró en el juicio que en el marco de la familia todos comenzaron a tratarle como una chica hace tres años, cuando Jamie confesó que le molestaba fingir ser un chico e incluso tenía intenciones de suicidarse.
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