Princesa de Monaco quizo escapar de su boda pero la policia la detuvo y la obligo
Charlene Wittstock incluso fue detenida por la policía para que llegara al altar.
Unos días antes de la esperada Boda Real en Mónaco, la nadadora sudafricana Charlene Wittstock (de 32 años) era llamada 'La Novia Fugitiva', y todo parece indicar que se ganó tal apodo a pulso, ya que antes de unir su vida a la del Príncipe Alberto II (de 52 años) ¡trató de huir en tres ocasiones!
Se dice que la ahora Princesa de Mónaco habría intentado volar precipitadamente y 'sin retorno' a su país natal, luego de enterarse de que su futuro marido podría tener un tercer hijo ilegítimo, concebido durante su noviazgo de cinco años con Charlene.
Alberto es padre de dos hijos naturales: Alexandre (de 6 años) con la azafata Nicole Coste, y Jazmín (de 19 años) con Tamara Rotolo, una agente estatal norteamericana.
Según trascendió, el primer intento de fuga de la deportista fue en mayo pasado, pues se comenta que pidió refugio en la embajada sudafricana cuando viajó a París para probarse su vestido de novia.
A fines del mismo mes, durante el Grand Prix de Mónaco, Charlene trató de escabullirse según fuentes del principado. Y justo tres días antes de la boda, relizada la semana pasada, la novia tuvo un tercer intento fallido.
En esa ocasión, Wittstock llegó al aeropuerto de Niza, indicaron oficiales de palacio, pero antes de poder abordar un avión le decomisaron su pasaporte y resultó detenida por la policía, tras lo cual la princesa "fue persuadida" para continuar con los planes de boda.
Se rumora que la pareja llegó finalmente a un acuerdo, más allá del estricto contrato prenupcial que se le obligó a firmar a la rubia, en el que se establece que no puede divorciarse hasta pasados cinco años de matrimonio y que en ese lapso está obligada a darle un primogénito legítimo a la Casa Real.
Supuestamente la novia habría obligado a Alberto a hacerse una prueba de ADN a efectos de determinar su paternidad, pero Thierry Lacoste, abogado del Príncipe, negó tal versión, así como la existencia del presunto tercer hijo ilegítimo del soberano.
Finalmente la boda se llevó a cabo, pero nadie pudo pasar por alto la tensa calma que reinaba en la ceremonia, en especial cuando la novia dijo "sí quiero" mientras su rostro reflejaba una profunda tristeza.
Charlene Wittstock incluso fue detenida por la policía para que llegara al altar.
Unos días antes de la esperada Boda Real en Mónaco, la nadadora sudafricana Charlene Wittstock (de 32 años) era llamada 'La Novia Fugitiva', y todo parece indicar que se ganó tal apodo a pulso, ya que antes de unir su vida a la del Príncipe Alberto II (de 52 años) ¡trató de huir en tres ocasiones!
Se dice que la ahora Princesa de Mónaco habría intentado volar precipitadamente y 'sin retorno' a su país natal, luego de enterarse de que su futuro marido podría tener un tercer hijo ilegítimo, concebido durante su noviazgo de cinco años con Charlene.
Alberto es padre de dos hijos naturales: Alexandre (de 6 años) con la azafata Nicole Coste, y Jazmín (de 19 años) con Tamara Rotolo, una agente estatal norteamericana.
Según trascendió, el primer intento de fuga de la deportista fue en mayo pasado, pues se comenta que pidió refugio en la embajada sudafricana cuando viajó a París para probarse su vestido de novia.
A fines del mismo mes, durante el Grand Prix de Mónaco, Charlene trató de escabullirse según fuentes del principado. Y justo tres días antes de la boda, relizada la semana pasada, la novia tuvo un tercer intento fallido.
En esa ocasión, Wittstock llegó al aeropuerto de Niza, indicaron oficiales de palacio, pero antes de poder abordar un avión le decomisaron su pasaporte y resultó detenida por la policía, tras lo cual la princesa "fue persuadida" para continuar con los planes de boda.
Se rumora que la pareja llegó finalmente a un acuerdo, más allá del estricto contrato prenupcial que se le obligó a firmar a la rubia, en el que se establece que no puede divorciarse hasta pasados cinco años de matrimonio y que en ese lapso está obligada a darle un primogénito legítimo a la Casa Real.
Supuestamente la novia habría obligado a Alberto a hacerse una prueba de ADN a efectos de determinar su paternidad, pero Thierry Lacoste, abogado del Príncipe, negó tal versión, así como la existencia del presunto tercer hijo ilegítimo del soberano.
Finalmente la boda se llevó a cabo, pero nadie pudo pasar por alto la tensa calma que reinaba en la ceremonia, en especial cuando la novia dijo "sí quiero" mientras su rostro reflejaba una profunda tristeza.
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